miércoles, 25 de julio de 2012

Prensa víctima del Caballero de la Blanca Luna






Prensa víctima del Caballero de la Blanca Luna


Eduardo Garibay Mares
Prensa Libre
Jacona, Michoacán
Lunes, 23 de Julio de 2012
Página 2
Deshechas todas sus esperanzas de contrarrestar el infortunio del mundo, Don Quijote quedó derrotado y desarmado al derribarlo de su caballo Rocinante el Caballero de la Blanca Luna, quien con premeditación, alevosía y ventaja lo desafió para derrotarlo y retirarlo así de la lucha andante, lo cual el encubierto personaje ya había intentado hacía tiempo, sin éxito, cuando ataviado como Caballero de los Espejos, le salió al camino a Don Quijote, quien entonces lo venció en la contienda.
Combate al predominio de las ideas sublimes y a la lucha por la equidad humana, constitutivos de la denuncia social que Miguel de Cervantes Saavedra pudo hacer pública y trascendental con su obra El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, sólo al presentarla como producto de la locura caballeresca de Don Quijote, y de la rusticidad de su escudero Sancho Panza. Hechos tragicómicos de antaño que de nueva cuenta en este 2012 reproduce la realidad, cuando análogamente y con todas las agravantes de la ley, en un proceso de creciente embate contra periodistas y empresas de la comunicación libres y libertarias, la confabulación de cada vez más autoridades del Estado mexicano y grupos de poder ataca el pleno ejercicio periodístico al imponer, incluso legislativamente, su propio interés como límite tajante de la Libertad de Prensa y de la Libertad de Expresión.
Por eso es que hoy, salida de la hacienda pública y de las abusivas ganancias empresariales favorecidas por políticas de Estado, en ámbitos federal, estatal y municipal, la asignación de dinero es la moderna arma de dos bordes esgrimida por el Caballero de la Blanca Luna: uno romo, con el que marca y pone a sus pies a profesionales y empresarios del gremio periodístico, de medios de comunicación impresos, radiofónicos, televisivos y de Internet, a quienes puestos rodilla en tierra somete a su vasallaje, vendida la opinión junto con los espacios comerciales; y el otro afilado, con el que hiere de muerte, para devastar a los periodistas y empresarios de medios de comunicación cuya opinión no es venal ni corrupta.
Y es también por eso que hoy, so pretexto de la crisis económica que incide en el desempleo y el incremento de la pobreza y la pobreza extrema de millones de familias mexicanas, en sistemático embate al periodismo quijotesco la mayoría de las autoridades del Estado mexicano y de las élites autóctonas recrudecen su acometida en un contexto encaminado de inicio al exterminio del periodismo no venal ni corrupto, que después facilitará el finiquito del periodismo vasallo y sus prebendas, preludios ambos del autoritarismo gubernamental, igual ominoso si es de doctrinas de derecha que de izquierda.
Corolario
“Salvémonos o sucumbiremos”, clama el SOS en pro de la unión del gremio periodístico, para evitar que las libertades consagradas por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos sean transformadas definitivamente en la manoseada faramalla que ya son ahora, por la potestad del dinero de las muchas dependencias de gobierno de todos los niveles, en contubernio con los grupos de poder, que en este siglo XXI engendran al nada caballeresco Jinete de la Blanca Luna, aniquilador de valores universales de la humanidad, y cuya ruindad favorece la fatal injerencia de los cuatro jinetes del Apocalipsis, de la profecía bíblica, que asolan a Morelia, a Michoacán, a México, y al mundo: El jinete de la victoria, que incita el deseo de conquistar y que conlleva a la sinrazón de la guerra; el jinete de la guerra, que propaga la violencia, el caos, y el hambre; el jinete del hambre, que disemina la enfermedad y provoca la muerte; y el jinete de la muerte, que extingue la vida.
Esto es, que entrelazada la crítica social a lo largo de la trama de su obra, Cervantes Saavedra igual dejó mensajes de esperanza, como lo mostró en sendos episodios de connotación ambivalente. Uno, cuando Don Quijote pudo vencer al artero Caballero de los Espejos, quien luego, ataviado como Caballero de la Blanca Luna, lo pudo derrotar a su vez para que dejara de luchar por la buenaventura del mundo; y otro, cuando al agonizar Don Quijote, y lúcidamente dictar su testamento, el sagaz Sancho Panza lo animó a cabalgar de nuevo, recordándole que quien es vencido hoy será vencedor mañana, lo cual entraña la enseñanza de que en la lucha la oportunidad de vencer es para ambos contendientes, reafirmada con la certera reflexión final, en quijotesco ejemplo que sustenta de pie al gremio periodístico que no vende su opinión, y que tampoco se corrompe por el lícito comercio de espacios publicitarios.

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